martes, 19 de abril de 2011

Una Piedra en el Zapato


A todos alguna vez nos ha pasado que caminando, casi sin darnos cuenta, una piedrita entró en nuestro zapato. Al comienzo continuamos con la misma velocidad de marcha como si nada, hasta que comenzamos a sentir una pequeña molestia, pero claro, no queremos perder nuestro ritmo así que seguimos y seguimos hasta que esta diminuta piedrita ya se convierte en algo insoportable, que se refleja en nuestra cara y no nos deja tener un paso firme. Es cuando tenemos que decidirnos a detenernos, quizá sentarnos en algún lugar, quitarnos el zapato y buscar a la autora de la incomodidad....Casi siempre nos sorprende su tamaño.
Algo tan pequeño nos produjo tanto fastidio?! ....

Así es la vida, con frecuencia encontramos piedrecillas que nos hacen tropezar, o simplemente, se introducen en nuestro zapato y no nos dejan caminar, duele sentirla enterrarse en el pie, es difícil poder afirmar cada paso…

Hay quienes se pasan su vida con la piedrecilla en el zapato, y así se torturan, o simplemente renuncian al camino, se dejan vencer, porque no saben andar con esa molestia… pero otros, con espíritu luchador, que no renuncian ante nada, saben que es mejor tal vez detenerse, sacarse el zapato, liberarse de la piedra, y continuar, hasta llegar a su meta.

Nos quejamos por pequeñas piedrecillas, renunciamos ante el primer obstáculo, preferimos los caminos lisos, sin nada que nos haga tropezar o caer, porque no sabemos asumir las dificultades, es mejor muchas veces, encontrar el atajo, lo fácil, o todo ya terminado…

La vida se construye desde las cotidianidades, todo lo que nos rodea nos habla, nos enseña, hace parte del vivir…

Revisa tus zapatos mentales, aquellos que utilizas para andar de acuerdo al momento o al terreno que pisas; a lo mejor, aquello que te duele y te molesta, es tan solo una piedrecilla que en el avanzar se ha introducido ahí…
solo debes hacer un pare en el camino, sin renunciar a él, sácala, libérate de ella y sigue adelante…
no te rindas… no podemos vivir todo el tiempo, con esa molestia, ni tampoco dejar a un lado nuestros sueños por miedo…
lucha…
eso es vivir…
así lo hacen las almas gigantes…
Buenos días
Paula

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