El aura es nuestra piel espiritual.
Y así como es deseable que nuestra piel física sea suave y fina,
la piel espiritual que nos rodea, debe ser grande y resistente.
Hay personas que no dejan de quejarse del modo cómo las miran, de cómo les hablan, de cómo son tratadas. Son tan sensibles, que se diría que tienen heridas en todas partes. Revelan con ello, que su aura es muy delgada. ¿Por qué? Debido a que no tienen mucho amor. Mientras que las personas que poseen un aura muy grande; por muchas cosas que se les diga, esto no las preocupa, no las ofende, porque tienen mucho amor. Así pues, si somos tan sensibles ante las críticas, no intentemos justificarnos; sólo es que no tenemos suficiente amor para rellenar las brechas, y para construir paredes gruesas e impedir que las corrientes negativas atraviesen nuestra aura."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
OMA
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