¿Buscas ser feliz? Debes saber que la felicidad está en ti, solo en ti.
Mientras seas feliz por algo, con algo, por alguien o con alguien, y sin eso o ese alguien no te sientas feliz, es señal evidente de que tu felicidad es inestable y quebradiza y se convertirá en cualquier momento en causa de tu sufrimiento.
Todo apego o dependencia de algo o alguien es siempre causa de sufrimiento. Cuantos más apegos o dependencias tengas con las personas con que piensas ser feliz, más abocado y cercano estás al sufrimiento.
Si, por el contrario, sabes y comprendes qué eres y quién eres, verás que tú mismo, tú verdadero ser, es tu felicidad. ¿Por qué lo es? Porque en ti, en lo más esencial de ti, hay plenitud de lucidez o sabiduría, amor y energía vital. ¿Qué más puedes esperar o querer?
Las cosas, los juguetes con los que pensamos ser felices -como un lujoso automóvil, una casa nueva, un gran equipo de música, algún aparato electrónico-, son entretenimientos, divertimentos de tu mente que, como vienen, se van. Y te das cuenta de que, una vez que lo lograste, te llegan a cansar, y tu mente se inventa otro juguete, otro entretenimiento.
Con sabíduría, comprenderás que la vida sencilla te proporciona lo necesario para tu normal desenvolvimiento. Hasta los objetos de los deseos te llegan entonces sin desearlos.
Mientras seas feliz por algo, con algo, por alguien o con alguien, y sin eso o ese alguien no te sientas feliz, es señal evidente de que tu felicidad es inestable y quebradiza y se convertirá en cualquier momento en causa de tu sufrimiento.
Todo apego o dependencia de algo o alguien es siempre causa de sufrimiento. Cuantos más apegos o dependencias tengas con las personas con que piensas ser feliz, más abocado y cercano estás al sufrimiento.
Si, por el contrario, sabes y comprendes qué eres y quién eres, verás que tú mismo, tú verdadero ser, es tu felicidad. ¿Por qué lo es? Porque en ti, en lo más esencial de ti, hay plenitud de lucidez o sabiduría, amor y energía vital. ¿Qué más puedes esperar o querer?
Las cosas, los juguetes con los que pensamos ser felices -como un lujoso automóvil, una casa nueva, un gran equipo de música, algún aparato electrónico-, son entretenimientos, divertimentos de tu mente que, como vienen, se van. Y te das cuenta de que, una vez que lo lograste, te llegan a cansar, y tu mente se inventa otro juguete, otro entretenimiento.
Con sabíduría, comprenderás que la vida sencilla te proporciona lo necesario para tu normal desenvolvimiento. Hasta los objetos de los deseos te llegan entonces sin desearlos.
Dario Lostado
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