lunes, 11 de enero de 2010

¿Cómo se forja el progreso espiritual?



¿Cómo puede evaluar su propio progreso alguien que anhela alcanzar la gran meta del desarrollo espiritual? Esa persona creerá tal vez que los maestros emplean métodos psíquicos, pero quizás se pregunte si no habrá otros métodos más positivos que no incluyan factores intangibles.
Todo desarrollo cultural y mental corresponde en especial al Ser Interno, y sólo se observa cuando ese desarrollo se manifiesta exteriormente. Es semejante al poder contenido en un cartucho de dinamita. No se puede reconocer el alcance de su energía con sólo examinar el material externo con el que está fabricado. Dejar caer al suelo la dinamita no pone a prueba la energía que contiene.

Golpearla con un palo o con una piedra no es un método para descubrir su poder. Probándola químicamente para ver si cambia de color o de tamaño tampoco nos revelará el secreto de su energía. Hasta que se prueba correctamente utilizando los métodos adecuados, se revela su verdadera naturaleza.

Sucede lo mismo respecto al desarrollo psíquico, mental, cultural y místico. Todos los sistemas tienden a formar una reserva de poder. Ho hay forma de probar la capacidad mental de un hombre pesando, midiendo o analizando importantes materias y luego reducirlas a una base sobre la cual, por comparación, se pueda emitir un juicio, a menos que el hombre se dedique a dichas materias. No hay forma de afirmar que un químico está capacitado para soluciones un problema de química, a menos que él esté al frente del problema. No podríamos decir qué es capaz de ejecutar un gran músico, a menos que esté inspirado por algo compatible con el desarrollo elevado de su habilidad musical.

La naturaleza de muchas de las facultades y poderes psíquicos del hombre es conservativa, y están destinados a propósitos específicos, es decir, sólo se expresan en determinados canales, pero mientras esos canales no se abren, las facultades no se manifiestan. Esa facultades poseen un poder invalorable en el desarrollo mental y psíquico. Cuando se usan en forma apropiada, tienen un valor incalculable. Sin embargo, tendrían muy poco valor si se manifestaran en forma constante.

Impresiones Mentales Confusas

Si durante todo el día las facultades psíquicas inculcaran en la conciencia externa una premonición de lo que va a ocurrir, la mente estaría llena en todo momento con las impresiones de los acontecimientos pronosticados. Se perturbaría la tranquilidad mental, se perdería la habilidad para relajarse y reposar, y no habría tiempo para pensar y razonar. La mente se tornaría una masa desequilibrada de impresiones confusas. Muy pronto el valor de la intuición sería negativo y preferíamos no poseerla.

Los poderes curativos y creativos del ser psíquico que pueden desarrollarse mediante cursos apropiados de estudio y ejercicio, no son poderes con los cuales se puede jugar como se jugaría con la cadena de un reloj o con un anillo en los momentos de nerviosismo. Dichos poderes internos sólo se liberan cuando el proceso constructivo del cuerpo humano los necesita realmente.

Mientras el ser humano goce de buena salud y los procesos constructivos sólo requieran en forma moderada la ayuda de los poderes creativos para conservar en buen estado el cuerpo humano, dudaríamos de que nuestros estudios hubieran desarrollado tales poderes. Cuando nos ataca una enfermedad o se nos presenta una emergencia y, por lo tanto, necesitamos verdaderamente la ayuda de los poderes que hemos desarrollado, descubrimos con satisfacción que tenemos a la mano una reserva.

Armonía Psíquica

Podemos decir lo mismo con respecto a la armonía psíquica con el Cósmico. Tal entonamiento es extremadamente intangible e indefinido en una persona activa, normal y saludable.

¿Podría una persona con un corazón saludable estar consciente de ello en todo momento? ¿Consideraría que, debido a que no siente sus latidos en todas partes de su cuerpo, no está sano? ¿Diría usted que una persona es irracional porque dice que duda de la existencia, debido a que no siente palpitar su corazón en todo momento?

Si siempre estuviéramos tan conscientes de la buena saludo como lo estamos de la más leve enfermedad, podríamos valorar mejor los beneficios y bendiciones de la salud. Si estuviésemos profundamente consciente y apreciáramos nuestra buena fortuna como lo hacemos con las situaciones desafortunadas, podríamos valorar mejor los cambios que se realizan en nuestra vida. Cuando mejoramos nuestro entonamiento con el Cósmico y atraemos a nuestro cuerpo un influjo de energía vital y creativa que nos conserva en buen estado previniendo así las enfermedades, damos por sentado que es una cosa normal gozar de buena salud.

No medimos nuestra situación en la vida de acuerdo con las cosas afortunadas y normales, sino por las cosas desafortunadas y desagradables. Consideramos la vida saludable, tranquila y serena como una cosa positiva con la cual podemos contar, y sólo cuando nos falta ciertas cosas a las que hemos estado acostumbrados nos volvemos conscientes de cualquier cambio que sucede en nuestra vida.

En otras palabras, hemos adoptado las condiciones negativas como una medida para evaluar lo que sucede en nuestra vida. Sabemos bien cuando somos afortunados; sabemos que ha ocurrido un cambio desafortunado cuando nos faltan las cosas que deseamos o que hemos poseído. Sabemos que nuestra salud no es satisfactoria una vez que descubrimos que estamos enfermos. Cuando conseguimos a cada paso las cosas que deseamos, las aceptamos en forma más o menos complaciente y suponemos que se trata de algo totalmente normal y que no es nada extraordinario.

Un grave Accidente

Un joven que estuvo varado en el mar sin medios de comunicación, se concentró durante toda la noche con la esperanza de que su madre lo visualizara en su pequeño bote de motor flotando sobre el océano. En efecto, la madre recibió el mensaje visual y telefoneó a la policía; ésta dirigió su búsqueda hacia el mar en vez de seguir buscando en tierra. Ninguna otra prueba le habría revelado a este joven la habilidad que tenía para transmitir mentalmente un mensaje, como cuando tuvo una verdadera necesidad de hacerlo.

Existen muchos métodos mediante los cuales un estudiante puede reconocer su progreso, si él se tomara el tiempo necesario para analizarse. Primero, debe preguntarse si todas las cosas materiales de la vida, todas las indulgencias de la mente objetiva –los pasatiempos, las experiencias interesantes y los incidentes divertidos del pasado- son tan atrayentes ahora como lo fueron anteriormente. Si descubre que algunas de esas cosas le parecen absurdas en la actualidad y que sólo fueron una inútil pérdida de tiempo y de dinero, que fueron cosas infantiles, sórdidas o que menoscabaron su dignidad, entonces puede estar seguro de que su desarrollo cultural ha progresado. Debe advertir, también, si aún le atraen los mismos temas de lectura. Si descubre que en el presente sólo le interesan las lecturas intelectuales, instructivas, apacibles y constructivas, entonces puede estar seguro de que ha progresado intelectualmente.

Problemas de la Vida

Después debe poner a consideración los problemas de la vida. Si descubre que sus puntos de vista son más amplios y que sus problemas ya no tienen el poder de deprimirlo, de hacerle sentir temor o indecisión, puede estar seguro de que su comprensión acerca de los verdaderos valores de la vida ha progresado.

Sin embargo, el simple hecho de analizar nuestra salud o nuestro estado financiero, no constituye un examen adecuado. En primer lugar, es improbable que hiciéramos tal examen cuando todas las cosas parecen indicar que hemos progresado. Por lo general, hacemos un análisis de nuestra situación cuando hay motivos de duda, cuando nuestra salud se encuentra quebrantada, sufrimos problemas financieros, falta de empleo, cuando el ambiente que nos rodea es desagradable, o algo similar nos perturba y nos obliga a analizar la situación. Considerar tales incidentes como una indicación de progreso o falta de progreso, es engañarse a sí mismo.

¿En qué criterio se basa usted para medir su progreso en la vida? ¿Qué significa la vida para usted? Si se encontrara en un barco que se estuviera hundiendo o en un edificio envuelto en llamas y donde toda escapatoria pareciera imposible, ¿haría usted lo que han hecho millones de personas en circunstancias similares? ¿Ofrecería todas sus pertenencias mundanas y las bendiciones de que goza a cambio de su vida? ¿Estaría dispuesto a entregar todas las cosas materiales a cambio de librarse del dilema? Si la vida significa tanto para usted que estaría dispuesto a sacrificar cualquier cosa material para conservarla, sin lugar a dudas su vida será de gran valor para usted en el futuro.

Si usted aceptara vivir otra vez sabiendo que no poeerá absolutamente nada, entonces deberá considerar que ahora es muy afortunado. Con este punto de vista, no importa cuánto progreso alcance financiera, social, políticamente, o en cualquier otra forma, desarrollará una compresión más intensa y más vital de la vida.

Midiendo el Progreso

Si mañana se convirtiera en millonario, ¿diría usted que su desarrollo ha progresado? Esto sería en verdad difícil, porque existen millonarios que no tienen la menor idea de lo que significa realmente el desarrollo y el progreso. Si estuviera en perfecto estado de salud, sin sufrir ningún dolor o malestar, ¿diría usted que ha progresado? Eso también sería muy difícil, ya que el mundo está lleno de gente saludable que no tiene más interés en su propio desarrollo, en el progreso psíquico o en el dominio de sí mismo, que el que tiene un niño en la cuna.

¿Diría usted que liberarse de las preocupaciones, de los cuidados, ansiedades, responsabilidades, deudas obligaciones, tareas, trabajo, etc., indica que ha progresado? Existen hombres sin preocupaciones, responsabilidades, obligaciones, deudas, ansiedades, trabajo, que no tienen más comprensión de lo que usted y yo queremos decir por progreso, que la que tiene el árbol bajo el cual duermen.

El progreso no se puede medir con ninguno de esos criterios. Hay un tiempo y un lugar para cada desafío y para cada prueba, y habrá un tiempo y un lugar para cada demostración y cada manifestación del desarrollo que se está efectuando en su interior. Su primer deber y obligación para con usted mismo es continuar con deseos de progresar y esforzarse por lograrlo. Su deber está claramente definido. Una vez que haya empezado, no debe dudar ni preguntar cómo y cuándo se logra el progreso. Alcanzará el progreso siempre y cuando dirija su mirada hacia la Luz, la Vida y el Amor.

Dr. H. Spencer Lewis, F.R.C.
Revista rosacruz
http://rubiesdesabiduria.blogspot.com/

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