jueves, 10 de diciembre de 2009

¿Quien Nace??...

Es como si nunca hubiéramos terminado de nacer del todo,
pués una parte muy importante de nosotros está reprimida,
compactada bajo la superficie. Es tanto lo que postergamos,
tan poco lo que indagamos respecto de qué fue lo que nos hi
zo retraer de la vida. Tan a menudo dejamos de analizar quié
nes somos porque ahondar en esos temas nos produce dolor.

Sabemos que gran parte de nosotros está sumergida, como si
aún no hubiese nacido; estamos habituados a alejar la vida de
nosotros. Parecería que nunca hubiésemos tomado plena cons
ciencia del ser, que nunca hubiéramos apoyado firmemente
los pies en el presente.

Hay una gran parte de nuestro ser que no deseamos experi
mentar; tanto temor, culpa, furia, desorientación, autocompa
sión. El hábito de eliminar constantemente del plano conscien
te los estados de ánimo no queridos nos hace sentir amenaza
dos, en peligro.

Desearíamos ser distintos y ese es nuestro infierno:
la resistencia que le ponemos a la vida.

Esconder el dolor nos fragmenta y para ser íntegros no debe
mos negar nada, porque la vida se vuelve confusa cuando elimi
namos la verdad.
El mundo vive enfrentándonos con la verdad, y constantemen
te nosotros nos retiramos. La experiencia nos produce dolor.

Al ver la respuesta compulsiva que tiene la mente frente a sus
contenidos, ¿cómo podemos no sentir compasión por ese ser
que momentáneamente está atrapado en tal dolor?
Nos engañamos con tan poca compasión, pensamos que está
bien hacernos eso porque hemos perdido el sentido de quiénes
somos. Olvidamos que nosotros también somos la verdad.

Lo que yo digo, o lo que Krishnamurti dice, lo que Buda o Jesu
cristo dicen es que hay que descubrirse a sí mismo, porque no
sotros somos la verdad. Nadie nos puede quitar eso, salvo noso
tros. Los maestros dejaron un mapa de ruta para llegar, pero so
mos nosotros los que tenemos que recorrer el camino.

Una amiga mía se acercó a un maestro zen y le pidió que le ense
ñara cómo liberarse de las ilusiones superficiales de separación y
temor.
-He venido a aprender el camino, dijo.
El maestro se quedó callado un instante, la señaló con gesto enér
gico y le contestó:
-!El camino eres tú!"
*
-Extraído de:¿Quién muere?, de Stephen Levine-
http://regina-libera.blogspot.com/

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