“La vida va poniendo a cada persona las lecciones adecuadas para comprender, para salir del engaño”
Consuelo Martín
La tierra es como una gran escuela, donde venimos a aprender. A veces, a lo largo de la vida, mientras estamos dormidos, nos preguntamos el porqué nos pasan ciertas cosas, porque tropezamos con determinadas personas, porqué tenemos que atravesar ciertas situaciones…. Luego, cuando el dolor ha llamado a la puerta varias veces, llega un día en que dejamos de preguntarnos el porqué y comenzamos a preguntarnos el para qué me pasa esto, qué mensaje me trae tal o cual síntoma, enfermedad, para qué me sucede esta situación …, etc., quizá tenga algo que hacer con lo que me ocurre…quizá hay algo que deba cambiar….es cuando entonces podemos entrar en crisis donde nos replanteamos el sentido de la vida, nos replanteamos patrones de pensamientos y de conductas y comenzamos a comprender que somos más responsables de lo que pensábamos en cuanto a lo que estamos viviendo, comenzamos a observarnos a nosotros mismos y buscamos o aparecen maestros, que pueden ser libros, cursos, personas….que nos ayudan a comprender el misterio de la vida, el sentido del dolor…y así comenzamos el sendero espiritual conciente, comenzamos a darnos cuenta que cualquier cambio para que sea efectivo y duradero, sólo podemos hacerlo en nuestro interior , que pretender cambiar el afuera puede resultar agotador y a veces, hasta inútil, y nos comenzamos a responsabilizar por lo que nos sucede, a autoconocernos, auto-observarnos, a perdonarnos y amarnos, a ver en los demás nuestro propio reflejo, aprendiendo a reconocer nuestras virtudes e integrar nuestras sombras , despertando de la ilusión, del engaño de creernos que los demás están en nuestra contra, que nos quieren hacer daño, cuando en realidad, el otro y yo somos lo mismo, todo lo que me moleste mucho en el otro, al igual que todo lo que vea en el como virtud y admire, son aspectos míos, que debo integrar en mi personalidad. Entonces, nos damos cuenta que la vida nos coloca delante justo lo que necesitamos para aprender a ser más íntegros, más completos en la personalidad.
Esa pérdida que tanto me dolió, es justo lo que me hacía falta para aprender el desapego. Esa persona en la que deposité todo mi amor y que luego me “abandonó” emocionalmente, es una lección que la vida me ofrece para ver si realmente se amar o estoy dependiendo del otro, para ver si realmente me amo a mi misma como para no colgar mi vida de “otro”, y en definitiva aprender que en esencia soy amor y lo que me hace sentir plena es el dar, el amar incondicionalmente, permitiendo que la otra persona sea libre. Y así, en cada situación, por dura que parezca, podemos ver la lección que esconde y crecer como personas, integrarnos y en definitiva despertar del sueño, y simplemente Ser.
Gracias a todo lo que he vivido, y principalmente a las situaciones adversas y dolorosas, he ido despertando de un profundo sueño, y puedo confirmar que todo lo vivido ha contribuido a ese despertar, y hoy por hoy, mis circunstancias son valiosas lecciones, de las cuales aprender.
“Las lágrimas que derramé ayer…regaron el jardín que florece hoy…”
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