A muchos se les dificulta soltar el control. Esto trae como resultado ansiedad, inquietud, y produce amargura en las relaciones.
Despierta y observa, ¿tienes realmente el control? ¿Sobre qué tienes control? Tal vez de una pequeña parte del tiempo en que estás despierto. ¿No es así? No estás en control cuando estás durmiendo o soñando. No tienes control sobre los pensamientos y las emociones que te llegan. Tal vez decidas expresarlas o no, pero te llegan sin tu permiso previo.
Te das cuenta de que no tienes control sobre la mayoría de las funciones de tu cuerpo, y lo mismo podría decirse de tu vida y el universo entero.
De igual modo, ¿crees que tienes control sobre todos los acontecimientos de tu vida o del mundo? ¡Vaya chiste! Cuando ves las cosas desde este ángulo, no tienes por qué temer la pérdida de control, porque ¡no tienes control alguno!
Ya sea que te des cuenta o no, cuando sueltas la sensación de control es entonces que te relajas realmente. Tu necesidad de identificarte como alguien no te deja descansar del todo y mantiene tu dominio limitado.
Sri Ravi Shankar
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