Nada es duradero en esta dimensión donde la polilla y el orín consumen.
Una situación acaba, o cambia, o puede producirse un cambio de polaridad:
lo que ayer o el año pasado era bueno, súbita o gradualmente se vuelve malo
. La misma situación que antes te hacía feliz, ahora te hace desgraciado.
La prosperidad de hoy se convierte en el consumismo vacío de mañana.
La boda feliz y la luna de miel se convierten en un doloroso divorcio o en una convivencia infeliz.
O también puede ocurrir que desaparezca una situación y su ausencia te haga infeliz.
O también puede ocurrir que desaparezca una situación y su ausencia te haga infeliz.
Cuando el estado o situación con el que la mente se ha identificado cambia o desaparece, ésta no puede aceptarlo.
Se apegará al estado que ha desaparecido y se resistirá al cambio.
Es casi como si nos cortaran un miembro del cuerpo.
Esto significa que tu felicidad y tu infelicidad son, de hecho, la misma cosa.
Sólo las separa la ilusión del tiempo.
No ofrecer resistencia a la vida es estar en un estado de gracia, tranquilidad y ligereza,
un estado que no depende de que las cosas sean de cierta manera, buenas o malas.
Parece paradójico y, sin embargo, cuando desaparece la dependencia interna de la forma, la situación general de tu vida, lo que tiene relación con las formas externas,
Parece paradójico y, sin embargo, cuando desaparece la dependencia interna de la forma, la situación general de tu vida, lo que tiene relación con las formas externas,
parece mejorar enormemente.
Las cosas, las personas o las situaciones que creías necesitar para ser feliz ahora llegan a ti sin esfuerzo ni lucha por tu parte,
y eres libre de disfrutarlas y apreciarlas mientras duren.
Todas esas cosas, evidentemente, seguirán teniendo un final, los ciclos irán y vendrán,
pero cuando desaparece la dependencia,
desaparece también el miedo a la pérdida.
La vida fluye con tranquilidad.
Eckhart Tolle - El Poder del Ahora
Eckhart Tolle - El Poder del Ahora
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