El ego es un mono que salta a través de la selva: totalmente fascinado por el reino de los sentidos,
cambia de un deseo a otro, de un conflicto a otro, de una idea centrada en sí misma a la siguiente.
Si lo amenazas, realmente teme por su vida.
Deja partir a ese mono.
Deja partir los sentidos.
Deja partir los deseos.
Deja partir los conflictos.
Deja partir las ideas.
Deja partir la ficción de la vida y de la muerte.
Permanece simplemente en el centro, observando.
Y después olvídate de que estás en él.
¿Puedes disolver tu ego?
¿Puedes abandonar la idea del yo y del otro?
Si lo amenazas, realmente teme por su vida.
Deja partir a ese mono.
Deja partir los sentidos.
Deja partir los deseos.
Deja partir los conflictos.
Deja partir las ideas.
Deja partir la ficción de la vida y de la muerte.
Permanece simplemente en el centro, observando.
Y después olvídate de que estás en él.
¿Puedes disolver tu ego?
¿Puedes abandonar la idea del yo y del otro?
¿Puedes renunciar a los conceptos de hombre y mujer, corto y largo, vida y muerte?
¿Puedes dejar partir todas esas dualidades y aceptar el Tao sin escepticismo ni pánico?
¿Puedes dejar partir todas esas dualidades y aceptar el Tao sin escepticismo ni pánico?
Si puedes hacerlo, puedes alcanzar el corazón de la Unidad Integral.
A lo largo del camino, evita pensar en la Unidad como algo extraordinario, elevado, sublime, trascendental.
Por ser la Unidad, está más allá de todo eso.
A lo largo del camino, evita pensar en la Unidad como algo extraordinario, elevado, sublime, trascendental.
Por ser la Unidad, está más allá de todo eso.
Es simplemente la verdad directa, esencial y total.
Lao Tsé
HuaHu Ching
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